Derren Brown: The Push
Reality por Derren Brown.
Decidiendo dar
mejor uso a mi acceso a netflix empecé a observar sus opciones buscando algo de
corta duración y entretenido, encontrándome este título entre sus novedades y
con su breve descripción llamó mi atención.
El ser humano es
capaz de hacer muchas cosas, buenas o malas y el límite de ello está dibujado
por diversos factores desde la misma personalidad hasta la crianza dada. Un
humano “promedio” —si es que se puede aplicar dicho término— tiene como usuales
hábitos negativos el mentir, enojarse, tener envidia, pereza, cierta sensación
de avaricia, entre otras cosas y en distintas dosis que no resultan peligrosas.
Pero ¿se le puede convencer de realizar un asesinato? Es esta pregunta con la
que abre este reality de un único capítulo con una hora de duración.
Todo sucede como
una cámara escondida bien estructurada que tiene como mira ir ganándose la
confianza, crear camaradería y aprovecharse de los rasgos de una persona sumisa
previamente seleccionada, llevándola al final a tomar esa decisión.
Construyen la situación tan bien y la entretejen dándole diversas oportunidades
a la víctima de dar marcha atrás, no sin antes tener que enfrentarse a una
inmensa presión social, que —si bien la idea de en menos de 24 horas
convertirte en asesino se me hace aberrante— puedes entender porque aparece el
dilema, en vez de simplemente negarse apenas la idea es sacada.
Al comienzo creí
que la forma en que estaría armada esa cámara indiscreta sería simple, forzada
y casi teatral, pero fue a gran escala y con sutilezas que si uno hubiera
estado ahí no sospecharía de que algo va mal desde el momento uno.
Y la resolución
final… el último momento, el último empujón a metros de distancia, teniendo una
buena toma de cómo le cambia el rostro al protagonista cuando le plantean la
disyuntiva me resultaba absurdo, mas real al recordar que tristemente por cosas
más superficiales han matado a personas y lo único que pedía era que no diera ese
paso, que no tomara esa decisión que por ficticia que sea, no dejaba de ser
chocante.
Al finalizar,
cuando se le revela la naturaleza de su alrededor tras tomar y ejecutar su
decisión, uno solo puede pensar que si optó por empujar a la persona, su
consciencia y él en sí tendrá en qué aferrarse cuando dude de si es un
buen ser humano, de si es capaz de desviarse de sus propios principios.
Por el
contrario, si la decisión fue opuesta y si la persona no toma a futuro consciencia
de su propio actuar en vez de excusarse en que fue una ficción, a largo plazo las
cosas no resultarán bien. No necesariamente porque esa persona podría cometer
un asesinato, sino porque no hace nota de su excesiva vulnerabilidad y
fragilidad de valores, pudiendo en un mañana dejarse herir por alguien más
debido a que es incapaz de hacerle frente.
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