Seoul Station
por Yeon Sang Ho.
Meses después de
quedarme encantada con Train to Busan, me encontré con la existencia de su precuela
animada la cual explicaba un poco más sobre la propagación del virus, llamada Seoul
Station. En lo particular no recuerdo porqué postergué tanto el buscarla y
verla hasta esta semana donde con suerte pude encontrarla subtitulada.
Esta historia es la
travesía de la protagonista, su padre y novio dentro del inicio de este
apocalipsis zombie. Creí hasta pocos minutos antes del final que el personaje
femenino sería la desconocida que se sube al tren en la película, conectando
así las dos historias con una delgada línea, pero debió pasarme por alto —o
quizá la sipnosis que encontré carecía de esa información— que ambas historias
son inconexas.
Y volviendo a esta, empieza con la aparición de un anciano herido cerca a la
estación subterránea, algunos notan su estado, mas al acercarse y notar su mal
olor, se alejan comentando que ojalá algún otro pueda ayudarlo. Este anciano
agoniza por bastantes horas (aparece cuando está recién atardeciendo y
permanece hasta que está todo oscuro y con escasa gente transitando) y recién un
alma caritativa lo ve y se dispone a ayudarlo aun careciendo de recursos. Pide
ayuda a su alrededor, volviendo al lugar para verificar la condición del
anciano el cual fallece, su fallido salvador llora yendo a una comisaría o lugar de
consultas —donde fue en primer lugar siendo ignorado— culpándose de esa
muerte y al momento de regresar con oficiales, el anciano no está. Dispuesto a ayudarlo,
a pesar de no tener conexión con él, entra en la estación en su búsqueda,
encontrándolo ya en forma de un zombie que lo llega a atacar. Siendo así el
anciano la víctima número cero.
Esta apertura se
presenta con escenas intercaladas sobre la protagonista y su pareja, quien
parecía tener un negocio de damas de compañía. Y evocando los personajes de
Train to Busan, esperaba encontrarme con un personaje que en los momentos de
supervivencia sacara su lado aguerrido, el lado que desea vivir a toda costa,
independientemente de si es capaz de pasar por sobre los demás o no. No
obstante, me encuentro con un personaje femenino muy cliché e incapaz, clásico de
película de terror, la cuál no hubiera llegado tan lejos de no ser porque
alguien siempre está ofreciéndole la mano y resolviendo sus problemas.
Admito que eso me
decepcionó, el verla entrar a cuartos gritando por ayuda sin comprobar la
existencia de zombies cuando la película estaba ya avanzada o el que se quedara
dormida en una estancia extraña sin siquiera cerrar puertas y ventanas eran
actos que me fastidiaban. Aparte de que sabiendo que su padre y novio van en su
búsqueda, se olvidaba constantemente de avisarles que ya cambió su ubicación,
exponiéndolos al peligro, eran acciones que me daba muestra de lo débil que resultaba este personaje.
Mi fastidio duró bastante y aumentaba cuando no tomaba la iniciativa, pero mi
perspectiva de ella cambió por completo casi al final, tras el encuentro con su novio y padre, dando a comocer un giro inesperado. No porque
ella cambia su naturaleza o saca entereza de donde no tiene, sino porque el
fastidio e irritación propio, cambia a pena y comprensión.
Nadie te brinda el
panorama entero de su historia, ni tampoco muchos detalles, mas basta esa mínima
e impactante muestra para darte cuenta de que ninguno afronta las situaciones
iguales. No todos estamos capacitados para hacer frente a situaciones donde
nuestra vida está en juego y más aún cuando tal vez ella usó la poca fuerza que
tenía para huir tiempo atrás. Ya que frente a las situaciones adversas hay
quienes se fortalecen y otros se debilitan.
Y cuando está por
suceder lo impensado, cuando ella está por ver su pesadilla hacerse realidad sin
importar sus intentos de huir, te das cuenta que hay cosas peores expandiéndose más rápido que aquel virus zombie, dejando secuelas que permanecen
dentro de uno mientras se siguen destruyendo vidas sin necesidad de un
apocalipsis.
También recordé al
anciano del comienzo. Esta víctima inicial se transformó únicamente después de
muerto, a diferencia de las siguientes que en cuestión de minutos lo hacían, y hubo
bastante tiempo para que su muerte sea evitada, para que alguien le tienda la
mano y lo ayude. No es como si nadie lo hubiera notado, estaba en una zona
transitada con la camisa cubierta de sangre.
¿Si hubiera sido
ayudado a tiempo todo ese caos se pudo haber evitado? Fue y sigue siendo una de
las preguntas que me sigue rondando por sobre el saber cómo este virus empezó
—lo cual no se llega a revelar— y de ser así, quizá no sea el virus quién
condenó a todos, más bien fue la propia indiferencia y frialdad de la gente ante
quién lo necesita, cobrando como víctimas no solo a los causantes de ese mal, sino
a todos como un reflejo de lo que sucede a la sociedad hoy en día la cual, como
efecto dominó, cobra las consecuencias del no actuar.
Mostrando con esta
historia que los zombies no son los únicos que han perdido su humanidad, las
personas lo siguen haciendo cada día sin tener ningún virus al que culpar.
0 comentarios:
Publicar un comentario