La Cumbre Escarlata
por Guillermo del Toro.
“Todo ocurre en Inglaterra durante el siglo XIX. Edith es
una joven recién casada con Sir Thomas, un hombre encantador. Edith se traslada
a la mansión que la familia de él posee en Cumbria, región del norte de
Inglaterra, y allí, Edith, que es capaz de hablar con los muertos, descubre que
su esposo y la hermana de este, Lady Lucille, esconden un sombrío secreto; y
además, que las casas embrujadas no sólo existen en las novelas, porque la que
ella habita, respira, sangra... y nunca olvida.”
Esta es la atrayente
sipnosis que te da la bienvenida cuando buscas información sobre la película
“La Cumbre Escarlata”. Este título ha llegado a mis oídos en contadas
ocasiones, sabía que Tom Hiddleston actuaba en ella, pero hasta la fecha no
recuerdo si los constantes nombramientos eran a su favor o en contra. Lo que si
sé es que fueron lo suficientemente insistentes para que tuviera esta película
entre mis pendientes hasta que hace una semana atrás la pude ver.
Como dije antes, la
sipnosis es muy buena y con los primeros minutos de la película, la aparición
de Sir Thomas que causa un embelesamiento total en Edith te genera una alta
expectativa porque sabes que ellos se van a juntar, sabes que él busca algo de
ella y que sus intenciones no son buenas, pero no tienes la menor idea de por
qué. El dinero parecía un motivo obvio, pero por esa misma razón lo desestimé
al menos como causa principal.
Cuando Edith y Sir
Thomas se unen en matrimonio y pasa a la segunda parte de la película que narra
la vida de Edith en esa penosa mansión que se caía a pedazos, las expectativas
vuelven a aparecer y estas aumentan conforme los fantasmas o seres escarlatas se muestran ante
la protagonista. Creí que había una profunda historia detrás, algo oscuro
referente a lo sobrenatural de la vivienda y los misterios que esta encerraba.
Sin embargo, me terminé encontrando con una pared que si bien no fue lo
suficiente sólida para impedirme continuar, me dejó con una sensación de cierta
insatisfacción.
Si bien tanto Sir
Thomas como su hermana Lucille presentaban un oscuro secreto, lo sentí muy
básico en comparación a todo el enredo que mi mente se había originado. Había
tejido un guante muy grande que no calzó con el desarrollo de la película la
cuál terminé sintiendo al final un tanto simple y hasta cliché, no por los
elementos que presentaba, sino por como lo condujeron. Considero que lo más
decepcionante es no haber aprovechado más los recursos sobrenaturales, no con
el fin de volverla una historia de terror, sino como un apoyo ya sea a favor de
Edith o para causar un mayor sentimiento de desolación a la historia de la
mansión. Los fantasmas aparecieron porque se suponía que tendría que haber
algunos allí, nada más.
También con la
relación de los hermanos, si bien Lucille si mostraba una dependencia increíble
a Thomas, me hubiera gustado ver más de esa faceta dependiente de Sir Thomas o
por otra parte haber apreciado mejor la evolución de su cambio de posición ante
la situación que ambos tenían, el poder apreciar el inicio de su desencanto
ante su propia hermana.
Quizá esto se deba
a que el inicio fue lento y en un punto todo empezó a acelerarse. Sea como
fuera, no es una película que consideraría volver a ver o recomendar ya que si
bien tenía muy buenos recursos para ser una gran historia, no lograron hacerlo
funcionar.
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