Tengo diversas facetas, mucho que pensar y varios temas de que hablar.

26 de febrero de 2018

One Day at a Time - Temporada I y II: Cuando encuentras más de lo que buscas

8:18 p.m. Posted by BlueSoul , No comments

Buscando por netflix una serie light y con pocos capítulos que tuvieran breve duración, me encontré con este título (conocido también como "Un día a la vez") entre su lista de estrenos y decidí darle una oportunidad. Es cierto que al principio, entre tantas menciones a la nacionalidad y ciertas primeras impresiones de las actitudes de los personajes, se me hizo un poco estereotipado el concepto de los latinos, tomando en cuenta que yo soy una.

Pero no visualizaba nada ofensivo, ni agrio y aburrido no era, así que me mantuve avanzando entre sus episodios, sin tener que ir tan lejos para notar que había sido engañada, que aun si la serie por apariencia y a simple vista parecía ligera, usualmente para el final de cada capítulo se volvía sería, que los protagonistas se mostraban menos cómicos y más humanos.

Tocaron diversos temas en sus dos temporadas, tópicos que afectaban a cada personaje y no necesariamente terminaban con un cierre feliz, sino con una nota de que algunas cosas no puede resolverse, pero sí existen maneras de hacerle frente.

Penélope es una veterana de la guerra que salió adelante no sólo sobreviviendo a ella, sino también a lo acontecido en su familia, con su esposo quién no aceptó —ni llega a aceptar— que necesita iniciar un tratamiento con sus adicciones y para controlar los estragos producidos por la guerra. A diferencia de Penélope que admitió la existencia de sus problemas mentales, no sin antes pasar por un periodo de aceptar el problema mas no la ayuda, y entra en tratamiento por sobre la creencia arcaica que se tiene de que no sé necesita ayuda profesional para lidiar con ello.

Lydia es la madre de Penélope, conforme los episodios avanzan podemos ver en ella un crecimiento y cambio en su forma de pensar y posibles prejuicios sin alterar su esencia. Entre los diversos cambios que me agradó e impactó fue el hecho de que si bien estuvo buen tiempo a favor de la reconciliación entre su hija y marido, juntándolos en diversos momentos, cuando está a punto de suceder y él da la primera muestra de que no ha cambiado, Lydia sin dudarlo se pone de parte de su hija, incluso sobre su creencia de que una mujer necesita un esposo, un hombre a su lado.

Los hijos y Schneider también tienen sus momentos de brillar o de mostrarse vulnerables sin ser débiles. En particular, Elena las primeras veces no me caía bien, me resultaba muy antitodo y en exceso dicha idea pudo haberse fijado; sin embargo, supieron mostrar su faceta de hija, hermana, nieta y no solo enfocarse en su lado transgresor, lo cual hizo una gran diferencia.

La temporada uno se enfoca más en el encaminar a los personajes y en conocerlos, teniendo entre mis capítulos favoritos en su mayoría los finales de esa temporada, destacando el último donde puedes ver la fortaleza familiar en la escena del quinceañero donde recuerdas que lo principal es estar juntos, que una familia no implica necesariamente estar relacionados por la misma sangre y que debe primar no solo el amor, sino la aceptación.

La temporada dos toca temas como el uso de armas, la discriminación y como cumbre —a mi parecer el mejor capítulo y más pesado— el tema de la depresión, no tanto por el lado de tenerla, sino por el lado de haber creído que uno está recuperado y abandonar todas las pautas por creerse capaz, cuando la realidad es que no puedes tomar esas iniciativas por cuenta propia y que si bien se puede sobrellevar esa condición, es un estado al que tristemente se puede volver a caer.


Lamentablemente tengo que esperar todo un año para la siguiente temporada, porque tiene que haber una, aunque si deciden no seguirla tendré el consuelo de que el final de esta no es tan abierto. Me resulta una sorpresa grata haber caído en esta serie, a la cuál llegué buscando risas y salí ganando mucho más.


Full Metal Alchemist Brotherhood: Los distintos rostros de la lucha y la desesperación

7:17 p.m. Posted by BlueSoul , No comments

Hace varios años atrás tuve la oportunidad de disfrutar este anime con la suerte de haber recibido antes una advertencia sobre no ver la primera versión, ahorrándome así un sin sabor sobre el inconcluso final de esta. La primera vez que llegué a verla admito que se me cayeron las lágrimas en varias escenas y se me estrujó el corazón en otras más, sufrí y al mismo tiempo gocé de esta historia como ninguna otra, con mis sentimientos a flor de piel al notar —tras unos cuantos capítulos— que nadie estaba a salvo.

Si bien es cierto que al final no entendí algunas situaciones en específicas o por qué sucedieron de esa manera, una segunda vista —concluida hace una semana gracias a netflix— me hizo entender esos supuestos cabos sueltos y sorprenderme gratamente al darme cuenta que la cantidad de pérdidas de personajes que evocaba fue menor.

Admito que en un acto de debilidad me salteé el capítulo de Nina, no estaba dispuesta a pasar por lo mismo otra vez, aunque ese capítulo sigue siendo uno de los mejores en cuestiones de dolor. No entraré en detalles, pero creo que el hecho de ser tan inesperado el giro y que la víctima sea tan indefensa, amorosa y lo único que le quedaba al victimario, hizo que el momento en que todo estalla sea tan desolador, en especial cuando el causante de semejante aberración desconoce la magnitud de su propio actuar, tal como suele suceder en el mundo real.

Esta serie toca distintos temas, desde las diversas maneras en que uno hace frente a una pérdida (formas destructivas en contraste con formas inspiradoras) y a sus propios temores. Mostrando que si bien la lucha para alcanzar una meta y sobrellevar la huella imborrable de un dolor no es fácil, se puede lograr manteniendo intacta tu propia integridad, aun si esa decisión te encamine a una vía más difícil.

El tener a un grupo de villanos que, con el avanzar de la serie, te muestren un lado humano —no necesariamente positivo— por sobre sus crímenes pasados, me recuerda la fragilidad con la que uno puede cambiar su vida decidiendo como afrontar sus propios obstáculos, incluso los impuestos por uno mismo.

Creo que Pride, Envy y Greed son ejemplos con distintos finales de lo que acontece cuando te das cuenta de que la oscuridad realmente estaba en tu propio interior. Y aun cuando los otros 4 (Lust, Glutony, Wrath y Sloth, sobretodo los primeros tres) no tuvieron ese llamado de reconocimiento, ninguno dudaba contradecir a su propio creador y no por el típico temor que les impedía actuar por cuenta propia —siendo Greed el único que le hizo frente a esto— sino porque lo respetaban como figura de autoridad, como su padre.

Con respecto a otras cosas, amé como se representaron los personajes femeninos cuando lo usual es tenerlos como vulnerables o pocos dados a la acción central. Olivier e Izumi cumplieron un excelente rol aportando a la historia otros ejemplos de fortaleza, iniciativa y entrega en la acción cuando era requerida, sin dejar de lado las precisas intervenciones de Hakweye.

Por otro lado, Mustang es uno de mis personajes favoritos en esta entrega, siendo alguien que inició con ideales los cuales fueron olvidados ante la crueldad de la guerra y el choque con la realidad, recuperando parte de ellos tras la muerte de uno de sus más grandes amigos. Y el visualizar lo cerca que estuvo de perderse a sí mismo nos demuestra que, a pesar de que uno es quién debe pararse y caminar, es bueno aprender a valorar y conservar a ciertas personas a tu alrededor para que te recuerden el motivo de lucha.

El romance también está presente, pero en dosis tan mesuradas que no desvía la atención del argumento principal, ni se ve forzado. Se muestra conforme va creciendo con el tiempo, con pequeñas acciones y detalles que hablan mejor que un sinfín de palabras rosas. Y esta toma acogida con la admiración y respeto, con el crecimiento de ambas partes.

El miedo a la muerte es un tema contemplado bajo la constante mención de la inmortalidad, si bien el villano tenía como deseo el ganar poder tanto física como en lo referente a los conocimientos, él y otros personajes acogen el no morir como un mantra, movidos únicamente por el querer ser superiores para su propio beneficio. Y la revelación del original anhelo de la libertad que inició todas estas acciones nos ayudan a entender que el tener una voluntad inofensiva y hasta positiva no nos asegura que permaneceremos intactos e íntegros en el proceso, no a menos que seamos conscientes de que el trayecto importa tanto como la meta.

Finalmente Hohenhaim es un personaje que me hubiera gustado conocer un poco más, pero al mismo tiempo considero que su tiempo de intervención fue suficiente para darnos a entender parte de su actuar. El descubrir que realmente quería a su esposa y a sus hijos, que se dio cuenta de su error al dejarlos aun si era en pos de corregir y acabar con lo que él en sí fue obligado a empezar, incluso cuando tendría impacto en él, fue reconfortante   

Así que este anime lo consideraría una joya. No he visto muchos de este género, pero incluso cuando han llegado buenas historias a mis manos, Full Metal Alchemist Brotherhood se lleva de lejos el puesto del mejor anime que he visto.