Los Hombres son de Marte y las Mujeres son de Venus
por Jonh Gray.
Este libro apareció en mi casa por medio de mi hermano, nunca supe como llego a él y porqué, lo que si tengo entendido hasta la fecha es que no lo leyó por completo. A mis manos llegó por voluntad y curiosidad hace muchos años atrás, la primera vez que intenté leerlo lo hice salteándome muchas páginas, mas no lo terminé. Intenté por aburrimiento una de las cosas ahí dichas sobre como pedir favores a un hombre y no me salió tan mal como creí, pero no podría afirmar si fue porque la persona estaba de buenas o porque el libro estaba en lo cierto.
Hace poco quise retomarlo porque era un pendiente, lo tenía sin acabar. Así que lo hice, lo leí de pies a cabeza y aunque por momentos sentía que estaba más dedicado a las mujeres para saber como lidiar con un hombre y las refería a respetar siempre su espacio y no acercarse aún cuando necesitaran apoyo, tenía puntos ciertos y lógicos.
Por ejemplo lo que anteriormente mencioné, una puede decir ¿cómo puede ser que no pueda acercarme a mi pareja en busca de apoyo cuando este no este sentimentalmente presente? pero en las siguientes páginas mencionaron que "no haga que su pareja sea su
única fuente de satisfacción".
Y si nos ponemos a pensar con la cabeza fría, es cierto. Una relación sana es aquella donde no existe una asfixiante dependencia, donde ambos tienen un espacio juntos y otro por separado. Así que ese punto me dió a pensar que el autor no hablaba tan a la ligera palabras sueltas.
En otro momento menciona la existencia de los bajones, de que puede estar todo bien a tu alrededor, no obstante de un día a otro te apagas, las pequeñas cosas pendientes y las grandes cosas olvidadas no resueltas aparecen para tratar de alterar tu presente. Que estaba bien estar sensible y que es usual tener esos momentos siempre que no duren demasiado tiempo y que mientras más cosas resuelvas sobre tu pasado, menos durarán esos bajones.
Y así, algunas menciones eran del tipo de situaciones y comportamientos obvios solo cuando lo ves fuera del lugar, otras resultaban un tanto trabajosas y tengo que admitir que me entretuve con esa guía para pedirle cosas a un hombre. Quise volver a llevarla a cabo, pero se me olvido lo fundamental que ponía ante las primeras interacciones de pedidos: no presionar y si se recibe muchas negativas acepta el rechazo.
Lo irónico de esto es que no tengo pareja, nunca tuve, así que el libro -cuando me acuerde y no tenga la flojera de mi lado- solo podría ponerlo en práctica en situaciones amicales. Cabe recordar que las situaciones descritas en el libro son de principio de los noventa, no trata una relación plasmándose en la tecnología, ni parecido.
No creo que sea de esos libros que te devores rápido -si es que te guste este tipo de libros- pero vale la pena darle una ojeada, aún si es por simple curiosidad.
