Tengo diversas facetas, mucho que pensar y varios temas de que hablar.

12 de agosto de 2016

Juan Salvador Gaviota: Volando en sueños


Juan Salvador Gaviota 
por Richard Bach.

Una breve historia con un solo significado que sirve para muchos aspectos. Ese sería el resumen de lo que este relato trata de transmitir a través de los ojos de una gaviota cuyo "error" fue no sobrevivir, sino vivir.

Estas páginas llegaron a mí en mi época escolar, a mano de una profesora que nos exigía no contestar brevemente o con monosílabos sus preguntas sobre el libro que nos mandaba leer. Ese año fue una tortura para mis compañeras debido a los cortos plazos que nos daban para terminarlos, yo al estar habituada a ese ritmo, no tuve queja alguna.

El personaje principal es quién pone título a esta pequeña aventura para el lector. Una gaviota que vive en una bandada donde no encaja porque mientras el resto pasa sus días limitándose a cumplir sus funciones vitales, él los pasa queriendo aprender a volar, practicando su técnica y buscando mejora en ello, lo cual a las demás gaviotas les resulta erróneo, así que lo exilian y es ahí donde todo empieza.

Juan Salvador Gaviota cuando creía que había llegado a su fin, conoce a otros cómo él, se vuelve un aprendiz y se atreve a acallar cada una de sus dudas, iniciando así una travesía donde pasa de ser alumno a maestro sin buscarlo.

Aún en su sencillez mezclada con momentos mágicos y hasta espirituales, es fácil interpretar -a menos que lo haya hecho erróneamente, pero me respaldo en que cada historia es sentida distinto por cada uno- que el vuelo se relaciona a los sueños, que uno no debe olvidarse de ellos, ni acabar despertando día a día solo porque el cerebro está programado para que uno abra los ojos, que lo que cuenta no es alcanzar las metas, sino perfeccionarlas y crear nuevas porque no existen los límites.

Si hay aspectos que me fascinaron del protagonista son: su total humildad aun cuando llegó a convertirse en una especie de líder y tuvo a su alrededor gaviotas que fácilmente lo podían haber hecho caer en la presunción con sus constantes halagos. Esas ansías de compartir sus conocimientos con cualquiera que estuviera dispuesto a oírlo y por último ese amor absoluto a los demás, que hizo que no guardara rencor a su bandada y que estuviera dispuesto a volver a ella aún si lo seguían rechazando.

Por último, si hay otro personaje que me dejó una grata impresión fue Chiang, la gaviota mayor, ya que aún con su breve aparición fue capaz de comunicar tanta paz, tranquilidad y amor que fue con facilidad asimilado por Juan Salvador.

Es cierto que si pienso en releer un libro este no se encuentre dentro de mis primeras 10 opciones, pero también es cierto que siempre que lo termino acabo con una sonrisa en el rostro y en el corazón.


11 de agosto de 2016

Mujercitas II - Buenas esposas: La travesía de un final


Buenas Esposas  
por Louisa May Alcott.


Hace unos meses me enteré de la existencia de esta continuación y empecé a leerlo esperando encontrar ese final que estaba buscando tras el desenlace abierto del primer libro, encontrando en su lugar ciertas novedades y una sorpresa.

Este libro transcurre tres años después de Mujercitas, Meg ya está establecida en su matrimonio con John, Jo sigue independiente adentrándose en su labor de escritora, Beth tiene pocas apariciones donde su delicada salud es lo llamativo y Amy está adentrándose y maravillándose con el mundo de la alta sociedad a la que quiere pertenecer.

Cada una tiene su momento de brillar y mostrar parte de su vida, permitiendo conocer cuánto a madurado con los años, siendo Amy la última en florecer en ese aspecto. La madre tiene breves apariciones y el padre apenas hace acto de presencia directa. Y Laurie en esta ocasión se lleva el rol de personaje secundario con mayor aparición, lo cual de mi parte fue agradable notar.

Esta vez se nota con mayor amplitud la manera de pensar en esa época, sobretodo durante la parte dedicada a la sumisa y comprensiva Meg que a consejo de su madre debía ser la primera en disculparse cuando discutiera con su esposo independiente de quién se equivocara. Si esta situación fue posible de leer de mi parte, a pesar de mi desacuerdo con esa premisa, fue porque John se mostraba dispuesto a disculparse y aceptar sus errores, aparte de que en otras ocasiones era Meg quién se equivocaba. 

Jo siguió robando mi atención e interés, manteniendo su esencia, a pesar de sus tropiezos literarios. Continué disfrutando de sus interacciones con Laurie hasta que este dio el paso que yo estuve esperando y Jo confesara no ir por el mismo camino. Esta situación fue nueva para mí ya que estoy acostumbrada a terminar con mi pareja favorita junta. 

A partir de ese punto, se propició el acercamiento de Laurie con otra hermana y aunque eso sirvió para que dicha hermana dejara de ser pretenciosa y se convirtiera en alguien más humilde y sencilla, no puedo dejar de sentir que ese no debió ser el destino de este personaje. Por otra parte, Jo durante esa travesía siguió siendo solitaria hasta que el amor tocó literalmente su puerta y ella le dio una oportunidad, siendo esta situación natural a diferencia de la unión de John y Meg, aunque no más llevadera sabiendo de la misma Jo que si Laurie hubiera insistido después de regresar, ella hubiera dicho que sí, pero no por las razones correctas.

Aún con ese descontento de mi parte, no me atrevo a decir que Jo hubiera estado mejor con Laurie porque con esta nueva persona ella obtuvo lo que anhelaba y mucho más, encontró alguien que compartiera parte de sus sueños y estuviera dispuesto a construirlo juntos, lo que es difícil de encontrar en una relación. Quizá la señora March tenía razón, Jo y Laurie funcionan muy bien como amigos, mas como pareja hubiera sido fatal.

Por último, aparte de ese aspecto que no me agradó, la poca presencia de Beth y el señor March me dejó también con un sinsabor que no pude apartar. Me hubiera gustado conocerlos mejor y apreciar aquello que toda la familia valoraba en ellos.

En conclusión, no lo considero un mal libro, es entretenido. Sin embargo, estaba mejor cuando no sabía de él y daba por hecho de que Mujercitas tenía solo una parte la cuál podía explayar y culminar a mi antojo con mi imaginación.